domingo, 18 de enero de 2015

Capítulo 7: Conociendo Hungría II. Eger


Tras el parón vacacional que todos hemos vivido y una vez superados la mayor parte de mis exámenes, retomo el blog que abandoné a su suerte. ¡Vamos a ello!

Hoy toca hablar de Eger, ciudad que visitamos en Octubre, cuando aún lucía el sol y se podía ir por la calle con escasamente una chaquetilla. 

Cogimos el tren en la estación de trenes de Keleti, bien temprano, para aprovechar el día. Unas 2 horas y pico de camino nos esperaban hasta llegar a nuestro destino: una ciudad famosa por su castillo y sus vinos, especialmente el así denominado "Bull's blood" (Sangre de toro), por su extraordinario color oscuro.

Nosotros, por si acaso, las lanzamos
Nada más llegar a la estación y andar nuestros primeros pasos,  llegamos a un parquecillo con una fuente. Se trataba del Jardín del Arzobispo y, según la leyenda, arrojar una castaña de espaldas a la fuente traía buena suerte. Os podéis imaginar cómo estaba la fuente de castañas...

La Hare Krishna adoctrinando
Seguimos caminando y nos adentramos en el interior de la ciudad. Lo cierto es que el ambiente era muy turístico y el bullicio inundaba las calles. No sé si ya tanto debido a la cantidad de gente y comercios que abarrotaban ambos lados de los caminos adoquinados o a un grupo perteneciente a la Hare krishna. La Hare Krishna es una organización sin ánimo de lucro dedicada a Krishna, una encarnación del dios hindú Visnú, que se dedica a capturar fieles con música alegre y canciones pegadizas...

Unos minutos más tarde llegamos a la plaza central de Eger, desde donde pudimos entrar a la "Minorite Church", una iglesia perteneciente a la orden Franciscana construida en 1771. Además, en dicha plaza, una estatua del soldado que, en 1552, defendió la ciudad contra el ejército otomano, István Dobó, nos arengaba para la lucha.
Plaza central de la Ciudad. A la izquierda se encontraría la iglesia y detrás la estatua de István Dobó.

Interior de la iglesia
István Dobó pidiendo sangre otomana
Minorite Church

Comenzaron entonces las pendientes acusadas, visto que nos acercábamos a las inmediaciones del castillo, con bodegas a derecha e izquierda. Un minarete de finales del siglo XVII se eregía entre las estrechas calles. Era visitable, pero la cola, el precio y que lo único que se podía hacer era subir a una altura de 15 metros, nos disuadió de toda tentativa.

Vista primaveral en Otoño del río :)
Minarete otomano

Llegada al castillo y disfrute durante 3 horas de sus instalaciones por un módico precio: cámaras e instrumentos de tortura, (desarrollados con tal inventiva para crujir, desgarrar y romper el cuerpo de los herejes y renegados que aún hoy día me sorprende), exposiciones de arte cortesano y elementos prehistóricos pertenecientes desde el Paleolítico al Neolítico, restos y recreaciones de batallas del ejército otomano, demostraciones sobre elaboración de muebles húngaros tradicionales, tiro con arco... ¡Nos entró un hambre! El castillo de Eger se construyó antes del s. XV y es conocido históricamente por repeler el ataque otomano en 1552 (¡sí, sí, cuando István Dobó!).

Vistas de la ciudad desde el castillo.
La Basílica de Eger

Ya entrada la tarde, y con las horas contadas de sol, nos dirigimos a la Basílica de Eger, construida entre 1831 y 1836 bajo las órdenes del arquitecto József Hild. Muy impresionante y bonita. Las edificios religiosos en Hungría tienen un aire diferente a los españoles: dan una tremenda sensación de robustez, no se exhiben tanto los santos o representaciones de personajes bíblicos y, por lo general, suelen estar muy bien cuidadas y reformadas. 

La pena del viaje fue no poder disfrutar del "Zépasszonyvölgy" (Valle de las Mujeres Hermosas). Área a escasos minutos de la ciudad famosa por sus bodegas de vino y que recibe dicho nombre porque quien entra allí y se toma un par de copichuelas, digamos que comienza a apreciar la belleza de todas las mujeres que lo rodean. Es 100% recomendado para todos aquellos amantes del vino o interesados en conocer la Hungría profunda y rural. Lo dicho, una pena no haber podido ir.
El Valle de las Mujeres Hermosas. Una pena no haber podido visitarlo.

El final del viaje lo pasamos jugando a las cartas, cómo no, baraja española, exactamente al Presidente, juego oficial del Erasmus y reparador de derrotas en partidos de fútbol junto a una buena bolsa de cacahuetes.



Espero que os haya gustado. Köszönöm!
Juan








PD: Os dejo un vídeo de la Hare Krishna, por si alguien estuviera interesado jajajaja


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