martes, 21 de octubre de 2014

Capítulo 4: Conociendo Hungría I. El lago Balaton

Con esta entrada inicio la sección "Conociendo Hungría" donde estaré encantado de enseñaros los alrededores de Budapest y los diferentes pueblos o lugares que voy visitando. En el capítulo de hoy, el Lago Balaton.

Sólo tuvimos que recorrer media Hungría
A principios de Septiembre, el tiempo no nos acompañaba mucho pero tuvimos una tregua que bien aprovechamos para visitar el lago más emblemático de Hungría, famoso en todo el país como residencia veraniega y lugar de recreo. Casi tres horas de tren nos separaban de la capital y Balatonfüred, desde donde teníamos planeado coger un autobús hacia la Península de Tihany que, por cierto, fue declarada como el primer paisaje protegido de Hungría, en 1952, para ser incorporado posteriormente al Parque Nacional de las Tierras Altas de Balaton. El viaje se hizo bastante pesado, la verdad, pero todo cansancio desapareció de repente cuando comenzamos a ver una inmensa masa de agua que parecía no tener fin. Nos encontrábamos ante "el mar húngaro", el lago Balaton.

El "estanque" es el mayor de toda Europa Central y cuenta con una superficie de casi 600 km cuadrados, aunque su profundidad media es de apenas 3 metros. Además, presenta zonas muy húmedas junto a otras secas y cálidas que son características de la Región Mediterránea. La depresión en la que se haya, se originó por procesos erosivos y subsidencia tectónica durante el Plioceno, mientras que el llenado del lago tuvo lugar durante el Holoceno debido a las condiciones glaciares.

La "playa" de Tihany
Esperamos impacientes a que el tren parase en la ciudad de Balatonfüred, en la orilla norte, pero, como nuestro bus hasta Tihany partía en 1 hora, nos decidimos por visitar un poco la ciudad. Estaba plagada de comercios, tiendas de recuerdos, restaurantes y clubes náuticos. Nos habían recomendado ir al Norte, ya que es la orilla menos turística... no quiero imaginar como es el Sur, ¿tal vez el Benidorm de los Balcanes?

Bueno, durante el viaje hacia Tihany, el bus iba recorriendo una carretera que bordeaba todo el lago. Era una escena muy pintoresca y no me cupo dudo sobre por qué los húngaros eligen Balaton para pasar sus vacaciones. Paramos en un área de servicio justo en la orilla del lago, con su restaurante, su "playa" (playa playa lo que se dice playa no podía ser, porque no había arena) y sus paneles informativos.

Erasmus nos estuvo acompañando
durante toda la comida :3
¡Lángos! Típico del lago Balaton
¡Estábamos hambrientos! Así que, la primera parada fue el pequeño restaurante, donde Mert y yo nos decidimos a probar el plato más típico del lugar, el Lángos: una suerte de masa hecha a base de harina, levadura fresca, leche, azúcar y sal que se fríe hasta que tus arterias dicen basta y se suele acompañar con crema de leche agria, queso rallado y una salsa de ajo. Sin palabras, eso estaba riquísimo (aunque era una bomba de colesterol). Os dejo una foto para que os entre un poco de hambre :)

A lo largo de toda la orilla del lago hay varios cartelitos que muestra la profundidad del lago (110 cm en este caso)
Después de comer entramos al complejo privado donde estaba la "playa". Me resultó curioso observar que por ser estudiante tienes un descuento del 30% en prácticamente todo: desde los billetes de transporte público tanto para un viaje como para un mes, así como museos e incluso el local privado en el que estuvimos.


Dos adultos y 5 juveniles
de cisne vulgar (Cygnus olor)
Vistas desde la "playa"
Nos pusimos el bañador (sabíamos que haría buen tiempo) y nos lanzamos al agua que guardaba unos agradables 20 o 25ºC... nótese la ironía, pues el agua estaba bien fresquita, como las piscinas naturales del interior de España. Las orillas estaban delimitadas por cubos como los que forman los diques, en los que crecían algunas algas, mientras que todo el fondo del lago estaba formado por arena. El agua estaba bastante clara y, en ocasiones, podías ver incluso algún pececillo que se acercaba a curiosear. A lo lejos, varios veleros blancos navegaban sobre el fondo azul, disfrutando del radiante sol que nos animaba sobremanera mientras Morgane y yo enseñábamos cómo jugar al Presidente con mi exótica baraja española. No estuvimos solos, ya que unos cuántos ánades reales nos acompañaron toda la tarde y, al final del día, unos cuantos cisnes se apuntaron a despedirnos.

Tres ánades reales (Anas platyrhyncos)
Cuando ya nos íbamos me di cuenta de un cartel que mostraba que la Península de Tihany forma parte del Geoparque Bakony-Balaton y, de hecho, parece ser que está muy bien reconocida, desde el punto de vista geológico, por sus excepcionales formaciones postvolcánicas. Además, este sustrato de origen volcánico es ideal para el cultivo de ciertas variedades de vid con las que se elabora un vino blanco famoso en todo el país.



Nos despedimos del lago Balaton un poco tristes, sabedores del mal temporal que nos aguardaba en Budapest para los próximos días, pero con la esperanza de poder volver.


Espero que os haya gustado este primer episodio de la serie "Conociendo Hungría". Intentaré no tardar tanto para las siguientes entradas ¡Prometido!







miércoles, 8 de octubre de 2014

Capítulo 3: Un poco de Historia de Budapest, para entrar en calor (que aquí ya hace rasca).

Como sé que hay unos cuantos aficionados a la Historia, me he decidido por dedicar un capítulo a recorrer los sucesos más importantes que acontecieron en la ciudad de Budapest. Para unos se hará corto, para otros (como es mi caso) puede suponer un rollo. No obstante, ¡aquí está para quien quiera leerlo!

Con el permiso de los prehistoriadores que ahondan en lo más profundo de nuestros orígenes, cuando utilizábamos la piedra el hueso y, más tarde, los metales, empezaré hablando de los Celtas como primeros pobladores de Hungría. Lo que hoy en día es Budapest se podría situar en el poblado de Aubhwn, que significa "Hogar del Agua", en relación a la proximidad con el río Danubio, hace unos 2500 años.

Por aquél entonces comenzaba a expandirse el Imperio Romano, que acabaría absorbiendo estos poblados hace unos 2000 años bajo el nombre de la región de Pannonia. El poblado de Aubhwn latiniza su nombre al de Aquincum debido a la ocupación. No eran tiempos apacibles, ni mucho menos, ya que los famosos Hunos llegaron a centroeuropa, buscando algo de gresca, bajo el mandato de su rey Atila. Los Hunos conformaban una tribu euroasiática nómada, aunque controlaban todo tipo de ganado, que incluso alcanzaron la Cordillera Alpina en el máximo esplendor de su imperio.

Árpad en la Plaza de los Héroes de Budapest
¡Por fín aparecen los húngaros en la historia! Y es que Árpad, Gran Príncipe de los Húngaros, consigue reconquistar toda la cuenca de los Cárpatos, hace unos 1100 años. (Los saltos son muy grandes, lo sé, pero es un pequeño resumen). Aproximadamente en esta época es cuando tiene lugar la fundación de las ciudades de Buda y Pest, independientes la una de la otra. Transcurridos unos 350 años, el rey Bela IV construye el Castillo de Buda, gran emblema de la ciudad de Budapest y que menciono para que os suene, de cara a próximas entradas; y al poco llegan los otomanos para poner un poco de emoción al asunto. El imperio otomano, llamado así por uno de sus fundadores, Osman I, integraba al pueblo turco y se inicia en el siglo XIII, alcanzando su apogeo 200 años después cuando dominaba toda la costa del Mar Rojo, el Mar Negro, la parte oriental del Mar Mediterráneo y el Sureste de Europa. Como todo imperio, el otomano también fue decayendo progresivamente, y resultado de ese declive fue la completa destrucción de las ciudades de Buda y Pest a finales del siglo XVII.

Imagen de la ciudad de Buda (arriba) y Pest (abajo)

Bien entrados en el siglo XVIII, la reconstrucción de ambas ciudades marchaba viento en popa, siendo un siglo más tarde, en la Guerra de Independencia de 1848, cuando Hungría logra separarse de Austria, a la que pertenecía como reino, y Pest se convierte en la capital. A mediados del siglo XIX se construye el Puente de las Cadenas (otro lugar emblemático que os enseñaré más adelante) que comunica la orilla Este del Danubio (Pest) con la Oeste (Buda) y unos años más tarde, en 1873, se logra la unificación de ambas ciudades junto a Óbuda, estableciéndose una única capital que recibirá el nombre de Budapest.

El Puente de las Cadenas derribado
a finales de la 2ª Guerra Mundial
Los eventos que continúan la historia son más o menos conocidos por todos a grandes rasgos. A mediados del siglo XX, en 1944, el Nazismo llega a Budapest, encontrando en el partido húngaro de la Flecha Cruzada (Arrow Cross Party) su mayor apoyo y conduciendo al asesinato de decenas de miles de judíos. Mientras, los soviéticos preparaban las ofensivas que concluyeron en la ocupación de la capital por el régimen comunista y en el establecimiento de la República Popular de Hungría en 1949. Estos momentos de la historia del país quedaron terriblemente marcados en todo el pueblo húngaro que han dedicado varios museos a conmemorar y mostrar los sucesos que acontecieron durante la ocupación nazi y soviética, como es el caso de la Casa del Terror ("Terror House"), el Parque Memento ("Memento Park") o el Museo Nacional.

Con el transcurso de los años el régimen comunista se fue ablandando, iniciándose una transición hacia una democracia de estilo occidental que culminó hace 25 años con el nacimiento de la República de Hungría y la retirada de las tropas soviéticas del país.

¡Espero que os haya gustado este tercer capítulo! ¡Hasta pronto!


viernes, 3 de octubre de 2014

Capítulo 2: Primeras impresiones de Budapest

Ante todo siento que esta entrada haya tardado tanto en salir a la luz. He vivido unos días moviditos y lluviosos por Budapest que no me han dejado hacer todo lo que me hubiera gustado. Pero aquí vamos ya con el segundo capítulo, en el que prometí comentar algunas cositas sobre el transporte, los locales y la organización de la ciudad.


Cuando llegas a una nueva ciudad, más aún si es una capital del Este, tan diferente a lo que sueles conocer, las sorpresas están aseguradas. Mi caso, por supuesto, no es una excepción.

La organización de la ciudad:

Antes de llegar a Hungría he oído varias veces que Budapest en realidad son dos ciudades... bueno, es cierto que en su momento fue así, pero ahora sólo es una. Tradicionalmente se utilizan las palabras de Buda y Pest para hablar de los territorios que quedan a cada lado del Danubio. Buda se encuentra en la parte más occidental e históricamente fue un núcleo mucho más importante que Pest, situado en el lado oriental. Actualmente es la zona residencial (y más cara) de la ciudad con algunos puntos turísticos como la Ciudadela, el Parque Memento o el Castillo de Buda. Sin embargo, Pest ha crecido en mayor medida que Buda en los últimos tiempos y representa la parte cultural y cosmopolita de la ciudad. El 90% de los estudiantes Erasmus viven en la zona de Pest, ya que los principales locales y la vida estudiantil tienen lugar en este lado del río.

Los 23 distritos de Budapest con el VII en el centro
La capital se divide en 23 distritos (esto parece Los Juegos del Hambre) que han sido fruto de las diferentes anexiones y unificaciones de pequeñas ciudades y pueblos a lo largo de la historia. Comenzó con 10 distritos cuando las ciudades de Pest, Buda y Óbuda firmaron su unificación bajo el nombre de Budapest en 1873 (en la tercera entrada os cuento sobre todo esto, ¿ok?). En los años 30 se sumaron 4 nuevos distritos y en los 50 se alcanzó el número de 22 que perduró hasta hace 20 años, cuando el distrito XXIII vio la luz. Los distritos situados en el centro de Budapest son los más turísticos y concurridos, a la vez que alojan a un mayor número de personas. Mi casa está en el distrito VII, así que, no me puedo quejar.


El transporte:

Para viajar entre los diferentes distritos de la ciudad existe una vasta red de transportes de toda clase que bien haríamos todos los murcianos en envidiar (y además, es barata).

El metro cuenta con 4 líneas (la última estrenada este mismo año y que me muero de ganas de probar) rápidas y eficientes con una espera nunca superior a 4 minutos, excepto por la noche que ya el tema se relaja un poquito. Lo uso cada mañana para ir a la estación de Keleti donde cojo el tren a Gödöllö, donde está mi universidad.

Una de las nuevas aradas de la línea 4 de metro estrenada este mismo año

El tranvía también es una elección segura si quieres moverte rápido por la ciudad. Aunque hay un montón de líneas suplementarias al metro que circulan paralelas al río o comunican las estaciones de trenes o autobuses, puede que las líneas 4 y 6 sean las más importantes. Dichas líneas rodean los distritos centrales y cruzan el Danubio por el Puente de Margarita y el Puente de la Libertad. Los locales las utilizan mucho para ir a la Isla Margarita a hacer ejercicio o relajarse, cruzar al lado de Buda o ir a los distritos con más marcha nocturna. Las principales líneas funcionan toda la noche o son sustituidas por autobuses que circulan por encima de los raíles como si fueses los propios tranvías.

Otra de las cosas que me han llamado mucho la atención son los trolebús, ya que no estoy nada acostumbrado a verlos circular y en cualquier momento pienso que van a dejar los cables para ser libres.

El aspecto de la ciudad:

Budapest mezcla la bulliciosidad característica de una ciudad que alberga a cerca de 2 millones de personas con zonas de recreo con una tranquilidad y paz absolutas. Los locales más recónditos y desconocidos con los clubs y los pubs que no te puedes perder cada noche pero, sobre todo, es capaz de integrar perfectamente de forma armónica los aspectos de una urbe del s. XXI con los de una historia reciente y patente en cada rincón.

El Hotel Boscolo, un ejemplo de arquitectura modernista
Sales a la calle a pasear por las grandes avenidas (¡ni un papel en el suelo!) y te das cuenta de que todos los edificios son iguales, pero a la vez con un toque distintivo: entre 3 y 4 plantas, con bajos comerciales y tremendamente ornamentados. Es normal aquí encontrarte con edificios que presentan una cúpula, una torrecita, esculturas en la parte superior o simplemente unas cenefas alrededor de todas las ventanas que, por cierto, ¡son enormes! Me sorprende enormemente que sea un patrón generalizado, es decir, que parece que la ciudad se ha construido atendiendo a unas reglas y que la mayoría de edificios han conservado y preservado esa arquitectura que provoca esta sorpresa a sus visitantes. Budapest es, en esencia, una urbe modernista.

Los locales y restaurantes:

Llega mi parte favorita, aunque no hablaré de comida (no en esta entrada). Tal vez me equivoque, pero creo que Budapest podría batir el récord de puestos, locales, restaurantes o lugares donde se vende comida de cualquier tipo por metro cuadrado. Es increíble la cantidad de ellos que hay, lo que a veces hace de tus paseos por la ciudad una tortura, ya que vas añadiéndolos a una lista interminable de lugares que te gustaría probar. Abundan los kebabs y los puestos de dulces típicos, a los que los húngaros tienen devoción. Este tipo de establecimientos son muy visitados por los locales para matar el gusanillo debido a sus bajos precios y al empachón que luego te producen. Para beber un poco de cerveza húngara (Arany ászok) o un tradicional chupito de brandy Pálinka, existen muchos lugares diminutos repartidos por toda la ciudad, más atentos a una pequeña y fiel clientela que a hacer una gran caja todas las semanas. Suelen tener una entrada semienterrada en la calle que te conduce por unas escaleras a salones subterráneos (por el tema del frío y tal) donde corren las risas y el alcohol. También son muy famosos los llamados "ruinpubs", que son edificios parcialmente restaurados y muy molones a los que se acude a tomarse algo o bailar y a los que me gustaría dedicar una entrada porque, la verdad, dan bastante de qué hablar (y no cuento nada más). Espero que os haya gustado este segundo capítulo y estéis deseando leer el tercero que, por cierto, está ya listo.


El Yellow Zebra es uno de estos locales bajo tierra donde,
 si alquilas una bici, ¡tienes una cerveza gratis!